por David Barderas
Estamos acostumbrados a creer que todas las batallas de la 2ª Guerra Púnica disputadas en Italia tuvieron siempre como protagonista del bando cartaginés a Aníbal[1]. Pero no es así. Si acaso, la más conocida puede ser la batalla de Metauro, donde fue derrotado y muerto el hermano de éste, Asdrúbal Barca y totalmente exterminado el ejército que llevaba de refuerzo a Italia en un intento desesperado por cambiar las tornas de la guerra, ya muy desfavorable a Cartago, y que obligaría a la postre al caudillo africano a abandonar definitivamente Italia. Pero en este artículo nos referiremos a otra de las muchas que libraron sus lugartenientes: la primera batalla de Beneventum, que se libró en el 214 a. C. cerca de la moderna ciudad de Benevento durante la Segunda Guerra Púnica. Las legiones romanas al mando de Tiberio Sempronio Graco derrotaron a las fuerzas cartaginesas de Hanón, negándole los refuerzos a Aníbal. Tito Livio da una breve descripción de la batalla, que fue parte de la campaña romana para someter a las ciudades-estado del sur de Italia (la Magna Grecia, urbes fundadas por colonos griegos) que se habían aliado con Hannibal después de la batalla de Cannas.
[1] Ver la tabla de despliegue de las tropas romanas y cartaginesas después de Cannas.
ANTECEDENTES
En este contexto general, llevaba ya 4 largos años Aníbal en Italia derrotando y hostigando a los ejércitos romanos a la vez que intentaba hacer desertar a las ciudades aliadas de Roma y llevarlas a su bando con fortuna desigual. En este momento, y como tantas otras veces, Aníbal ordena a uno de sus lugartenientes, Hanón “el viejo” que se encargara de traer hasta su campamento nuevas levas de pueblos itálicos del centro y del sur de la Península, sobre todo brucios, samnitas y lucanos, para reforzar al cada vez más desgastado ejército cartaginés en Italia, mientras que él mismo se preparaba para asaltar la ciudad de Nola en Campania esperando a que su lugarteniente trajera a sus 1.200 jinetes númidas junto con 17.000 brutianos y lucanos por la Via Appia desde Bruttium. A Hanón se le había ordenado allí en una ocasión anterior que agitara las ciudades sureñas de la Magna Grecia contra Roma y reclutara nuevos soldados, lo que ya había hecho. Es por ello que Aníbal confiara a su lugarteniente una misión de tal naturaleza, aconsejándole específicamente que marchara a la Campania por Beneventum, aunque hubiera otras rutas alternativas que Hanón podría haber tomado.
Mientras tanto los romanos no se mantenían ociosos. Después de la terrible derrota en Cannas dos años antes habían empezado a formar legiones con esclavos y convictos, (las legiones volonas) a los que se les prometía la libertad después de luchar por Roma. Y hay que decir que Quinto Fulvio Flaco, el cónsul romano en esta batalla, había hecho un gran trabajo pues había convertido un material humano poco mejor que la escoria en legionarios disciplinados.
Así pues, enterados los romanos de las intenciones cartaginesas, salieron con un ejército consular (unos 21.000 hombres) compuesto por estas legiones más apoyo de caballería y auxiliares para reunir aproximadamente 23.000 soldados e interceptar al ejército cartaginés en las llanuras cercanas a Beneventum, lugar donde sucedió la famosa batalla del mismo nombre entre los romanos y el ejército epirota de Pirro 61 años atrás.
El cónsul Fabio había ordenado a Graco, uno de sus pretores, que marchara desde Lucercia, donde había pasado el invierno, hasta Beneventum. El hijo de Fabio, el Quinto Fabio Máximo que se convertiría en cónsul al año siguiente, estaba al mando de una fuerza separada, y se le ordenó tomar posesión de Lucercia. Fabio ordenó a Graco que fuera a Beneventum con la idea de encerrar a Aníbal en Campania, no lo había hecho anteriormente en el 215 a. C., y quizás con el plan en mente de evitar que los refuerzos lo alcanzaran. Sin embargo, cabe señalar que no hay evidencia de que Fabius tuviera idea de que los refuerzos estaban en camino.
PRELIMINARES
Hanón y Graco llegaron a la ciudad casi al mismo tiempo, pero Graco tomó posesión real de la ciudad debido al hecho de que había una guarnición romana dentro de ella. Acampó como a un kilómetro y medio fuera de la ciudad, a horcajadas en el camino de Hanón mientras que este acampó aproximadamente a unos cinco kilómetros de la ciudad. Fue en este momento que Graco recibió permiso del Senado para prometer a las dos legiones que consistían en esclavos, que si ganaban la batalla, y le traían la cabeza de un enemigo, se les concedería su libertad.
No fue hasta el día siguiente que los ejércitos se alinearon en orden de batalla. Los dos bandos organizaron sus respectivas fuerzas de una manera típica del día. Hanón, con su ala derecha sobre el río Calor, colocó su caballería. Junto a estos, en su centro, venía su infantería. A la izquierda de estos, «volando en el aire» por así decirlo debido al hecho de que no estaban protegidos por ningún rasgo topográfico, estaba la otra mitad de la caballería de Hanón.
La línea romana era más larga que la de los cartagineses. La izquierda romana estaba dispuesta de manera similar, excepto que la caballería romana estaba estacionada a la izquierda. Tradicionalmente, la caballería romana era inferior en número que su caballería aliada. A la derecha de la caballería romana estaban las legiones. Tradicionalmente, un ejército romano constaba de cuatro legiones, las dos legiones romanas «propias» (en el sentido de que eran romanas) por así decirlo estaban en la parte interior de la línea romana y las dos legiones aliadas se colocaban a la izquierda y a la derecha. de estos respectivamente. Sin embargo, no está claro si hubo legiones aliadas en esta batalla, no se especifica, aunque creemos que sí. Tampoco se especifica dónde se colocaron respectivamente las legiones romanas y las legiones compuestas de esclavos. A la derecha de la infantería estaba estacionada la mayoría de la caballería romana.
Los cartagineses sumaban unos 16.000 hombres siendo la mayoría infantería media brucia y lucana que curiosamente portaban el mismo equipamiento que los romanos pues habían sido aliados de los romanos hasta la fecha, por lo que no se distinguían mucho unos de otros. Aparte de estos, había caballería númida junto a veteranos hispanos y galos de escolta más un par de elefantes en el lado púnico.
Ambos ejércitos se alinearon en la llanura junto al río Ticino, que al venir crecido por las últimas lluvias era poco menos impenetrable, y empezó la batalla con el habitual choque de hostigadores.
BATALLA
La batalla que siguió fue un combate sangriento y penoso y la proclamación de Graco casi resultó ser la ruina de los romanos, pues no solo los esclavos se detenían para decapitar a los muertos, sino que los llevaban por el campo de batalla con ellos, obstaculizándolos grandemente. Al darse cuenta de lo que estaba sucediendo, declaró que ningún hombre sería liberado a menos que el enemigo fuera completamente derrotado. En resumen, la batalla fue un choque frontal donde la infantería pesada romana tenía las de ganar. Aunque, como acabamos de decir, al haber Quinto Fulvio prometido la libertad a cada soldado si le entregaba la cabeza de un adversario, los romanos, una vez habían entrado en melé y matado a un contrario, salían del combate para llevarles el trofeo a su cónsul, lo que hizo que estuvieran a punto de perder la batalla y, por ello, obligando al cónsul a gritar a viva voz que daría la libertad prometida sólo si se conseguía la victoria.
Mientras esto sucedía, Graco ordenó a su caballería que atacara los flancos de Hanón, donde estaba estacionada la caballería númida. La caballería númida luchó hábilmente contra esta carga de caballería, y durante algún tiempo el combate en los flancos estuvo en duda. Sin embargo, Graco nuevamente envió un mensaje a través de sus ordenanzas de que a menos que el enemigo fuera rápidamente derrotado, no ganarían su libertad. Así motivadas, las legiones de esclavos hicieron un último empujón desesperado y obligaron al ejército cartaginés a retirarse a su campamento, donde fueron rápidamente seguidos por los propios legionarios. Al llegar al campo, los púnicos encontraron que algunos de sus prisioneros romanos se habían armado y, viéndose completamente rodeados, los refuerzos para Aníbal fueron completamente destruidos.
Por el lado cartaginés, Hanón, siguiendo la costumbre púnica, intento flanquear a los romanos con su caballería, pero la caballería romana – a base de recibir golpes todos estos años – había aprendido las tácticas cartaginesas y como contrarrestarlas a la vez de que había mejorado muchísimo desde que empezara la guerra, por lo que pudo resistir a los jinetes númidas y brucios y a los elefantes mientras la batalla se decidiría – como casi siempre en esta época[2] – por la infantería.
En el centro, donde se decidía el asunto, los cartagineses se quedaron horrorizados en principio al ver la barbarie que estaban protagonizando los romanos al cortar las cabezas de sus compañeros, lo que les encorajinó de tal modo que lucharon hasta el paroxismo, pero sólo sirvió para aumentar en gran medida las bajas pues el más pesado equipamiento romano acabó por decidir la batalla a su favor desbandándose los refuerzos tan esperados por Aníbal que nunca los vería venir.
[2] Habrá que esperar a la época de las invasiones bárbaras a partir del s. III D.C. o a las guerras orientales de Roma contra partos, sasánidas, seléucidas… para que la caballería desempeñe un papel lo suficientemente importante como para decidir una batalla.
RESULTADO
El consiguiente ataque provocó la destrucción total del ejército de Hanón y la captura de su campamento, del que menos de 2.000 de sus hombres escaparon con vida, incluido el propio Hanón. Por el otro lado, unos 2.000 romanos murieron en esta batalla. Aunque Graco proclamó la libertad de sus soldados por haber conseguido así la victoria, aunque había unos 4.000 soldados con los que estaba disgustado por su indisciplina. Como resultado de esto, ordenó que comieran de pie, en lugar de sentados, durante el resto de su servicio en las legiones. En las legiones, la comida de la mañana se tomaba de pie, pero la cena se tomaba sentado. Este gesto estaba destinado a deshonrarlos por la falta de disciplina mostrada durante la batalla.
Graco, después de su victoria, se dirigió a Lucania para evitar que Hanón pudiera levantar otro ejército en esta área y lo llevara a Hannibal y, eventualmente pudo empujar a Hanón al Brucio como resultado de su victoria de Beneventum.
De tal modo, privado de la perspectiva de los refuerzos que tanto necesitaba, Aníbal se vio obligado a aceptar el hecho de que no podría llevar a cabo una campaña exitosa en Campania y tuvo que seguir vagando por Italia sin conseguir una victoria campal o la toma de alguna ciudad importante que reforzara su posición estratégica que siguió debilitándose hasta su salida de Italia.
DESPLIEGUE DE LAS TROPAS ROMANAS Y CARTAGINESAS DESPUÉS DE CAPUA (215-212 A.C)1
AÑO | ROMANOS | CARTAGINESES Y ALIADOS |
215 | ITALIA: 123.000 hombres 81.000 en la Campania 42.000 resto de Italia HISPANIA: 21.0002 hombres SICILIA: 21.000 hombres CERDEÑA: 26.400 hombres | ITALIA: 40.000 con Aníbal HISPANIA: 20.000 con Asdrúbal Barca CERDEÑA: 12.000 |
214 Beneventum | ITALIA: 165.000 hombres 48.000 en la Campania (Capua) 21.000 contra los galos 96.000 resto de Italia HISPANIA: 21.000 hombres SICILIA: 21.000 hombres CERDEÑA: 21.000 hombres | ITALIA: 58.000 hombres 40.000 con Aníbal 18.000 brucios y lucanos HISPANIA: 40.000 hombres 20.000 con Asdrúbal Barca 20.000 con Magón |
213 Siracusa Revuelta númida | ITALIA: 157.000 hombres 42.000 contra Aníbal 21.000 contra Capua 21.000 contra los galos 73.000 resto de Italia SICILIA: 47.000 hombres HISPANIA: 21.000 hombres CERDEÑA: 21.000 hombres GRECIA: 10.500 hombres | ITALIA: 60.000 hombres 40.000 con Aníbal 20.000 brucios y lucanos HISPANIA: 40.000 hombres 20.000 con Asdrúbal Barca 20.000 con Magón ÁFRICA: 20.000 con Asdrúbal Barca SICILIA: 45.000 hombres 28.000 cartagineses 17.000 siracusanos |
212 | ITALIA: 168.000 hombres 63.000 contra Capua 21.000 contra los galos 84.000 resto de Italia SICILIA: 47.000 contra Siracusa HISPANIA: 21.000 hombres CERDEÑA: 21.000 hombres GRECIA: 10.500 hombres | ITALIA: 60.000 hombres 40.000 con Aníbal 20.000 brucios y lucanos HISPANIA: 40.000 hombres 20.000 con Asdrúbal Giscón 20.000 con Magón ÁFRICA: 20.000 hombres Asdrúbal SICILIA: 28.000 cartagineses AFRICA: 20.000 con Asdrúbal Barca |
MEDIA ANUAL: 236.000 hombres | MEDIA ANUAL: 120.000 hombres |
1. Tabla extraída del libro de Victor Barreiro Rubin: La Guerra en el Mundo Antiguo (Ver bibliografía).
2. 21.000 hombres venía a ser el tamaño de un ejército consular. Esto es: dos legiones romanas, dos legiones italianas, una “turma” o ala de caballería romana y otra italiana del doble de tamaño aproximadamente, más tren de aprovisionamiento etc., etc. De ahí que este número, o sus múltiplos o divisiones: 42.000, 10.500…, sean los más habituales en la tabla romana.
Bibliografía:
Primaria
Apiano. Historia de Roma: libro VII: “La Guerra de Aníbal”. Madrid: Ed. Gredos, 1980.
Livio, Tito. Historia de Roma. Madrid: Alianza Editorial, 1980.
Polibio. Historias. Madrid: Ed. Gredos, 1981.
Secundaria
Bagnall, Nigel. Essential Histories: The Punic Wars 264-146 A.C. Oxford: Oxprey Publishing, 2002.
Barreiro Rubin, Victor. La Guerra en el Mundo Antiguo. Madrid: Ed. Almena, 2004.
Connelly, Peter. Greece and Rome at War. London: Greenhill Books, 1981.
Fields, Nic. Rome vs Carthage. Oxford: Oxprey Publishing, 2009.
Head, Duncan; Heath, Ian. Armies of the Macedonian and Punic Wars 359 to 146 BC. WSG Group, 1982.
VV.AA. Battle of Beneventum. Alphascript Publishing, 2010.
Wise, Terence. Armies of Carthaginian Wars 265-146 BC. London: Oxprey Publishing, 1982
Otras fuentes:
En la red.
Arrecaballo.es. Magnífica web Española de la Guerra en la Edad Antigua y Media desde el punto de vista de la caballería. Muy recomendable.
Blogelultimotercio.blogspot.com: En el club El Último Tercio de Madrid, del que me honro formar parte, disputamos esta batalla hace ya unos años con el reglamento Field of Glory Antigüedad. Si os gustan las batallas con miniaturas os animo a que os paséis a echar un vistazo y ver nuestras colecciones en acción.
Wikidata. Recomendable sólo para recoger información somera de la batalla y mapas.
Wargames.
Berg, Richard; Herman, Marc. SPQR: The Great Battles of History, Volume II. Harmond, California: GMT Games, 2008.
Qué decir de esta estupenda serie de batallas de la Edad Antigua. Altamente recomendable para los interesados en la época aunque con unas reglas un tanto complicadas para los no iniciados.
Great Battles of the History. C3i Magazines. SPQR Player´s Guide
Especial de la revista de GMT Games C3i sobre su serie de SPQR en la que aparece esta batalla. Fundamental para los seguidores de la misma.