por : Enric Martí
Nacido en la Anatolia turca, (no se sabe con exactitud la fecha), en el seno de una familia ortodoxa. Transcurre su juventud en Khara Balac pequeña población costera en las cercanías de Bodrum, situada frente a la isla de Rodas, sede de los caballeros de San Juan, hasta que fueron expulsado por el sultán Solimán el Magnífico (Katibun, Legislador en el mundo islámico). No tarda mucho en enrolarse a las órdenes de Ari Rais (Rais, corsario) que le confiará el mando de una galeota (Media galera), pronto figurará él mismo como Kapudan Pasha (Almirante) de una pequeña flotilla de saetas, fustas y galeotas que asolaron el Egeo, llegando a enfrentarse a naves de la Sublime Puerta (Imperiales otomanas).
Sus tropelías, osadías y atrevimientos llamarán la atención de la familia más temible del mundo pirata de todos los tiempos: Los hermanos Barbarroja, Aruj, Isaac, Elías y el más célebre Khair.
En la corte de Lucífer
El choque contra una coalición cristiana y el Imperio turco y sus aliados, era sólo una cuestión de ocasión y está se presentará en la costa del Epiro (Grecia) a orillas del Adriático. Khair al Din le confiará el mando del ala derecha la que se abría a mar abierto al sur de la actual Albania. Pronto la agilidad y maniobra otomana, en oposición a la temeridad y cautela de la Liga Santa decantará la jornada y la derrota cristiana hubiera podido mutarse con facilidad en hecatombe, sólo con que el primero hubiera dado remo suelto a su jauría de corsarios y probablemente habría sido el fulminante necesario para la definitiva ocupación de la Apulia, Calabria y quizás de la Campania italianas, tras los tanteos en Otranto.
Andrea Doria que quería poner su negocio a salvo, es decir sus galeras; dejó como cebo a unidades españolas que sabía a buen seguro que no rehuirían el combate pese a su inferioridad, llevados por su fanatismo de cruzada y todo es decirlo; el Turco tampoco puso mucho empeño en explotar su éxito y todo hace sospechar que alguna gratificación obtuvo por su pereza al remo… Por su destreza en la infiltración a cabotaje, le fue concedido el mando de veinticinco galeras con las que razziar la costa adriática y tirrena, entre sus éxitos estuvo diezmar la flota veneciana de Pascalino al que no respetó la tregua solicitada en Estambul por la Serenísima, pocas serán las naves que se salven acogidas bajo el fuego de los fuertes en Corfú.
Tras ello buscó cálido refugio en África (Hamamet), pues a pesar de sus habilidades marinas, su sueño oculto siempre fue la de ser nombrado Gobernador de algún Timur magrebí. Será en 1540 cuando a través del estrecho de Messina vuelve a asolar el litoral italiano hasta llegar a Liguria, quizás en la Campania tratará de capturar la presa, que se le escapó al Gran Barbarroja, nada menos que la mujer más bella del mundo: Isabel de Gonzaga, cuya mansión familiar en el interior fue asaltada de noche por los corsarios, mientras la guardia vendía cara su vida y daba tiempo a Isabel que huyó a uña de caballo, escoltada de un criado y en ropa de cama, sus familiares la localizaron a la mañana siguiente en el norte. Por cierto, el lacayo fue ejecutado in situ…
Navegando en el canal de Bonifacio, entre Cerdeña y Córcega, Dragut, procedió a un parcial reparto de botín en cala Girolata, sería su perdición, genoveses y españoles al mando de Giannetino sobrino del Gran Andrea Doria lo capturaron tras breve lucha. Pero no estaría demasiado tiempo (cinco años) atado al banco de remo y su mentor, pronto pagaría los 3.000 escudos de su rescate, con gran escándalo de la época, ya que las poblaciones ribereñas del Mare Nostrum vivían en sus carnes los trágicos y punzantes devaneos de la Guerra Fría de las dos Potencias imperantes, además de dar la palabra de no frecuentar las costas de la Liguria, pero como es obvio ¡Promesa obligada, promesa olvidada! Y más si fue dada a Kalbs rumis (Perros infieles).
Jean Parissot el gran Maestre de los caballeros de Malta, los mismos de Rodas, hasta que el emperador Carlos I cedió el archipiélago a cambio de la renta simbólica anual de un halcón (El halcón maltés), que también había probado el remo en una galera de Dragut (en turco Torgaud), en el trayecto que le llevaría a su destino, solía de forma constante como ya se ha visto mofarse del corsario : “¡Cómo, señor Dragut! ¿Es posible que seáis vos? ¡Volvemos a encontrarnos Monsieur Parissot, quiera el destino que hayan más ocasiones…!”
Tras su liberación y en combinación a las galeras francesas de Le Garde, tomará, el mando en la batalla de Ponza, marchando con sus aliados a pasar el invierno en la base provenzal de Tolón, en el golfo de León, desde la cual tendrá como coto de caza particular todo el Levante español, sangrante y sentido fue el asalto de Cullera o Sant Feliu de Guixols, hasta cuentan las crónicas que alzo su pendón de rescate de cautivos en el mismo Sant Adría del Besós a plena vista de la Ciudad Condal…
En 1547, comandaba una respetable Flota de casi treinta bajeles, que tenían un cariño especial por las naves y costas genovesas… con sus lugartenientes: Tabak, Sinán “El judío”, Salah, Cachidiablo y un largo y siniestro etcétera. Siete de ellos le acompañarían al Cuerno de Oro de Estambul a presentar su pleitesía al Sultán, siendo agraciado por un Al Corán de cubiertas de oro y un Keliç (Sable) del mismo metal y fue autorizado a lucir en su fanal de popa el Sanjak (Estandarte imperial de las siete colas de caballo). Fijando su residencia en la tunecina isla de Djerba (La actual Tozeur, la isla de los Lotófagos de la Odisea), se casó con la bella hija de un caid local que aportaría a la dote una mansión capaz de alojar la tripulación completa de cinco galeras. Tras la luna de miel y aprovechando que la flota de los Doria se encontraba en Barcelona, escoltando al príncipe Felipe (futuro Felipe II), asoló las costas de Sicilia y Calabria, plantando pendón en la pequeña isla de Prócira, desde la que divisó una nave de la Orden (Malta) que para su sorpresa y enriquecimiento personal trasportaba el tributo anual de Auvernia, para la fortificación de la isla y que ascendía a 20000 escudos…
Heredero sin reino
En 1550 se auto proclamó Malik (Rey) de Mahdia (Sous) en la costa tunecina, que al años siguiente sería asaltada por galeras sicilianas, napolitanas, toscanas y papales teniendo que refugiarse de nuevo en Djerba y allí fue a buscarle la Flota cristiana; refugiado en una laguna interior, los cazadores se limitaron a un cañoneo poco resolutivo y a bloquear la bocana de salida. Dragut con la ayuda de los habitantes de la isla y los forzados al banco de remo, cavaron en secreto un canal artificial y huyó de noche cerrada, guarneciendo los remos con estopa, para que no se oyera el chapoteo nocturno, el ridículo de la madrugada para la Flota aliada fue descomunal y más cuando se supo que en su huida había capturado una gigantesca coca cargada de abastecimientos y refuerzos para los sitiadores…
Participó a continuación en la primera campaña de Malta, como segundo, pero encontraron la capital Mdina y el Burgo y Senglea en el Gran Puerto, alerta y ostensiblemente defendidas por la flor y nata de los caballeros; con los que Dragut con su esencia pirática se conformó con arrasar la vecina isla de Gozo y esclavizar a cerca de 2000 de sus habitantes, dirigiéndose a continuación a Trípoli (Libia), otra de las cesiones de Carlos I a los caballeros, a pesar del desagrado de los mismos, por tan expuesta posesión. Fue asaltada y capturada toda su guarnición excepto media docena de franceses que fueron liberados en cortesía a antiguas alianzas de saqueo. Poco tardará en repetirse la alianza de Francisco I, está vez con el nuevo monarca Enrique II y Dragut volverá a navegar en comandita, con la francesa al mando de León Strozzi.
El último encuentro
En 1559, todo el Mediterráneo cristiano se coaligará en torno al Papa y al príncipe de Mónaco, con un único objetivo: La Burla del Diablo, reuniéndose en Messina (Sicilia) más de cien naves de alto porte al mando del duque de Medinacelli. Andrea Doria a la sazón con ya noventa años de edad confió el mando de sus navíos a Juan Andrea. Partiendo el conjunto en febrero de 1560 hacía Trípoli, pero allí las fiebres y la disentería diezmaron al numeroso contingente asediador, teniendo a bien cabotear hasta el golfo de Gabes y asaltar la isla de Djerba, sumidos en la embriaguez del inesperado éxito, ni vieron, ni intuyeron la llegada de la flota otomana, la sorpresa fue total y los ilustres y grandes de la nobleza del occidente cristiano sólo miraron por la salvación propia. Cerca de dos mil supervivientes lograron refugiarse en el fuerte de Borj, tras su captura Dragut ordenará erigir una terrorífica pirámide en la Puerta de Mar del mismo, compuesta por sillería y las cabezas de los desgraciados supervivientes, rápidamente decapitados sin más miramientos. Permanecerá erguida hasta el primer tercio del siglo XIX.
En 1565, año del Gran Asedio de Malta; Dragut llegará con unos días de retraso, con treinta galeras y tres mil hombres, así como un potente tren artillero de asedio, anclando al noreste y forzando más tarde la boca de Sliema al norte de San Telmo. El mando conjunto lo ostentaba Pialí Pacha gran conocido de Dragut en sus aventuras libias y tunecinas, no hace falta recordar que los juramentados defensores eran en su inmensa mayoría españoles estaban dirigidos por el Gran maestre Jean Parissot. El 18 de junio mientras efectuaba un reconocimiento junto a otros grandes oficiales, sobre el ruinoso San Telmo fue efectuado un único y letal cañonazo desde el Fuerte de flanco de San Ángel. Alcanzado en la cabeza por una esquirla de piedra, morirá en su tienda cuatro días más tarde y sus restos llevados en secreto a Trípoli dónde fue inhumado con toda pompa y dónde todavía permanecen en el centro de la capital libia. No son pocos los que le consideran el mayor corsario del Mediterráneo y de todos los tiempos, razones no les faltan…